Tahia Carioca

La bailarina Tahia Carioca, cuyo verdadero nombre era Badaweya Mohamed Kareem Al Nirani, nació en Ismaileya, Egipto, en el seno de una familia acomodada en el año 1915.

En su adolescencia, abandonó su casa para buscar fama y se mudó a vivir a El Cairo a la casa de una antigua vecina, Suad Mahasen, que tenía un club nocturno. Suad quiso alejarla de la vida del mundo de la farándula animándola a volver con su familia, pero Tahia amenazó con suicidarse y tuvo que alojarla como invitada. Alli conocería a Badia Masabny, dueña del casino más grande de la ciudad, y esta le ofreció un empleo como vendedora de fruta. Al poco tiempo le ofreció unirse a su grupo de baile con el nombre artístico de Tahía Mohamed y se destacó por la influencia de la samba brasileña de Carmen Miranda, el karioka, que tenía su estilo, por lo que cambiaron su nombre por el de Tahia Carioca y comenzó a bailar como solista.

Tahia era una bailarina con una personalidad encantadora, con buena voz para el canto, aprendió ballet clásico, hablaba francés e inglés fluido, y era activa en política. Durante la segunda guerra mundial cuidó de seguir trabajando en el casino de Badia y en otros club nocturnos famosos. Llegó a ser tan famosa que el rey
Farouk de Egipto la invito a bailar en su aniversario. Su estilo de baile era muy diferente al de su rival Samia Gamal y ambas eran protagonistas de varias películas de cine de la época, trabajando Tahia en más de ciento veinte.

En 1955 participó en la película “Juventud de una mujer” que ganó el premio a la mejor película extranjera en el Festival de Cannes.

Se casó catorce veces, con estrellas e importantes hombres de negocios, pero nunca tuvo hijo aunque los hubiese deseado, por lo que estaba muy unida a sus sobrinos y ayudaba a varias instituciones de caridad para niños y hogares de huérfanos. También ayudó al pueblo egipcio durante la última guerra mundial, recogiendo donativos para su causa y fundó un grupo teatral en el centro de El Cairo, por lo que era muy apreciada por su pueblo.

En su danza descata el uso de la cadera, tanto vibraciones como golpes y ondulaciones. Sus brazos enmarcan la figura, pero no utiliza sus muñecas o manos para darle expresividad al baile, recurso que se comenzó a utilizar muchos años después. En cambio, sí combina movimientos de hombros y pecho. Utiliza pequeños pasos árabes y giros para cambiar de lugar. Su danza es suave, sin grandes desplazamientos repentinos, ni movimientos bruscos.
Todos los entendidos de la música y la danza están de acuerdo en que Tahia refinó la danza egipcia llevándola a un nivel artístico nunca antes alcanzado comparable con las artes admiradas por la clase social más alta.
Realizó giras por Francia, España, Italia y Holanda logrando un éxito más en su carrera.  Murio el 20 de Septiembre de 1999 a los 79 años.


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